Empiezo este breve texto afirmando, la naturaleza es diversa, y la diversidad es su riqueza.

El 10 de febrero es el día internacional de las legumbres, o si se prefiere de aquellas semillas comestibles que crecen en vaina como los frijoles, los garbanzos, las lentejas, la soya, entre otras, cuya característica principal es que se cosechan para obtener las semillas secas.

Las legumbres son una parte importante de la alimentación, por ser una rica fuente de proteína vegetal, socorrida por quienes optan por una dieta vegetariana y/o vegana. Las legumbres son semillas, las semillas son la génesis de los organismos vegetales (de reproducción sexual), de manera que entre mayor tipo y variedad de semillas tengamos, mayor será la variedad de plantas existentes en el planeta (muchas de ellas empleadas para consumo humano) a eso los biólogos le han llamado biodiversidad, la diversidad de lo viviente.

A lo largo de los siglos, los seres humanos han empleado tecnologías que les permitan domesticar ciertas especies, es decir, hacerlas aptas para ser consumidas; estas técnicas persiguen potenciar características determinadas ya sea de las plantas, los frutos o las semillas; el cruce de características de un individuo con otros se llama hibridación y la modificación del material genético de las semillas manipulación genética, o transgénicos.

 

Planta de garbanzo

Planta de garbanzo

 

Como suele pasar con la acción de los humanos en un sistema económico como el nuestro, algunos intentan hacer crecer las ganancias económicas sobre cualquier otra dimensión de la vida. En torno a las semillas se ha generado una gran industria, dominada por cuatro[1] compañías a nivel global, misma que se ha dado a la tarea de obtener semillas más resistentes, plantas comestibles más rentables, de mayor tamaño y mejor apariencia. Hasta aquí todo parecería muy loable, y ustedes podrían preguntarme que pero le pongo a esto.

Un muy elevado porcentaje las plantas y frutos comestibles han sido manipulados, y digámoslo así, estandarizados, es decir en todo el mundo se comen un número limitado de variedades cuyas características pueden ser buenas para las empresas, pero no necesariamente para nosotros. Un reportaje[2] realizado por la cadena televisiva alemana Duetsche Welle hace referencia a un análisis comparativo entre a semillas de jitomate manipuladas “artesanalmente”, es decir al margen de procesos industriales, y aquellas provenientes de una de estas grandes compañías, los resultados arrojaron que las semillas industriales tenían valores nutricionales pobres en comparación con las “artesanales”, 63% menos calcio, 29% menos magnesio y 72%menos de vitamina C. En el mismo reportaje se señala, también respecto de semillas de jitomate, que si bien éstos pueden durar en buenas condiciones para su exportación (hasta 3 semanas) y tener un aspecto apetitoso, su sabor ha sufrido un deterioro considerable. Es decir, la comida nutre menos y sabe peor.

Los agricultores dependen cada vez más de estos grandes consorcios, muchas de las semillas manipuladas genéticamente son estériles, es decir, a diferencias de las especies silvestres la semilla del fruto obtenido de la semilla comprada no origina un nuevo fruto, es necesario comprar semillas cosecha tras cosecha, las cuales dicho sea de paso en función de la popularidad del fruto reportan precios exorbitantes, el documental nos informa que un kilogramo de semillas de tomates cherry amarillos alcanza un valor en el mercado de hasta 400000 euros, es decir, $9600000 peros mexicanos “…Hacemos buenos negocios, por eso estamos aquí…” señala el entrevistado, y ¡vaya que son buenos¡.

Aunado a lo anterior las empresas venden las semillas a los agricultores a lo largo del mundo, por tanto, las variedades regionales tienden a desaparecer, generando cultivos limitados, esto amenaza a la diversidad, a las especies endémicas y a la agricultura a pequeña escala.

Como señalamos en otra entrada una especie está en relación con otras especies animales y vegetales, su limitación, como hemos visto afecta de manera directa la riqueza alimenticia, pensada en la multiplicidad de la oferta y en el valor alimenticio; afecta además a otros individuos de la especie, a otras especies y reinos.

Queremos enfatizar que la diversidad enriquece lo que somos, nuestro hogar –la tierra- y por supuesto nuestra nutrición.

 

[1] Monsanto (EEUU) + Delta & Pine Land (pro forma) $ 4 476. (Monto en ventas a lo largo del 2006)
  Dupont (EEUU) $ 2 781.
  Syngenta (Suiza) $ 1 743.
  Groupe Limagrain (Francia) $ 1 035. (http://www.rallt.org/empresas/mas_empresas/masempresa20.htm)
[2] https://www.youtube.com/watch?v=nWuciai4OsM